
El papel tan carismático de Harry el Sucio, emblema del antihéroe moderno no hubiera ido a parar a Clint Eastwood (1930), lanzando así su carrera tras unos inicios titubeantes y mediocres en Hollywood y la serie de spaguettis westerns que tendrían que esperar para ser reconocidos.
En este caso, no sólo se lo ofrecieron con anterioridad a otros actores, sino que el papel fue escrito para Frank Sinatra (1915). Pero Sinatra empezó a tener por aquella problemas con su mano derecha (una disfunción conocida como enfermedad de Dupuytren, que consiste en una disminución del tejido muscular de la mano. En 1970 tendría que someterse a una intervención quirúrgica por este motivo. Y en los últimos años le temblaba la mano similar al Parkinson) por lo que le resultaba pesado coger la Magnum.
Después se ofreció el papel a John Wayne (1907), Steve McQueen (1930) y Paul Newman (1925), quienes rechazaron el papel por diversos motivos.
He puesto entre parentésis las fechas de nacimiento de los actores para mostrar las diferencias de edades.
Un cambio significativo en la ambientación en la historia será la ciudad en que se desarrolle, pues en vez de Seattle, Clint quiso que fuera la suya natal, San Francisco.
Para el papel de Scorpio, el malo de la película, fue propuesto Audie Murphy, pero murió en accidente aéreo antes incluso de ofrecerle el papel, así que fue a parar a un desconocido Andrew Robinson.
* Curiosidades:
- El inpector Harry Callahan es apodado "dirty" por encargarse de los peores trabajos. Pero además, compone el prototipo de antihéroe como ya he comentado, con un carácter cínico y enfentándose continuamente a sus superiores.
- El revólver que usa, una Magnum calibre 44 modelo 29 de Smith and Wesson, se popularizó enormemente como fetiche del cine y formando parte del icono del filme:

- El retrato que hace Robinson del asesino fue tan realista que recibiría sucesivas amenazas de muerte y acabaría pidiendo un número de teléfono secreto. En la vida real, Robinson es un pacifista que desprecia las armas. En los primeros días del rodaje, Robinson mostraba una mueca de desagrado cada vez que disparaba. El director Don Siegel acabó suspendiendo el rodaje por un tiempo para mandar a Robinson a una escuela de tiro. No obstante, continuó haciendo gestos cuando disparaba.
- Tiene una de las frases más conocidas de la Historia del Cine: "alégrame el día".
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